Negando El Deseo
Despertó y supo que había hecho lo correcto. Después de todo, debido a las nuevas circunstancias, ahora debía menos que nunca, sin embargo, el deseo era aún intenso… ¿o no lo era? Por lo menos no lo era mientras se encontraba en su sano juicio, aquellos pensamientos afloraban sólo cuando el alcohol, la nicotina y el ambiente festivo recorrían sus venas y, especialmente, cuando aquella mirada intensa le atravesaba los ojos.
Se levantó en pijamas, abrió la ventana y encendió el último Derby que quedaba en la cajetilla blanca con rojo. Disfrutó cada bocanada como si fuera la última. Su perro, un quiltro con todo el pelo apelmazado y lleno de barro, le ladraba por la ventana suplicando un poco de comida. Sólo recibió una colilla aún prendida.
Se levantó en pijamas, abrió la ventana y encendió el último Derby que quedaba en la cajetilla blanca con rojo. Disfrutó cada bocanada como si fuera la última. Su perro, un quiltro con todo el pelo apelmazado y lleno de barro, le ladraba por la ventana suplicando un poco de comida. Sólo recibió una colilla aún prendida.
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