viernes, noviembre 16, 2007

La Copiona de la Ventana








Se sintió
“vacía”, igual
que antes.
Esta estabilidad que tanto había deseado la abrumaba cada vez más. Quiso huir, gritar y ser la misma de siempre, pero tuvo miedo y, al voltearse descubrió a aquella asceta figura antropomórfica clavada frente a ella ¡Cómo la detestaba! Odiaba a esa maldita que duplicaba cada uno de sus movimientos y le quemaba los ojos con su intensa mirada. Jamás la veía pestañar.-Esa psicópata- murmuró- cada vez que miro por la ventana está ahí-. Apretó el puño y le dio con todas sus fuerzas a ese pintoresco espejito que le había traído “su papi” de alguno de sus innumerables viajes al extranjero en un vano intento por comprar su cariño. El ¡crash! del espejo resonó en su diminuto y blanco dormitorio. Cogió con ansias uno de los mil pedazos esparcidos en el piso y vio reflejado un fragmento de su propia imagen. -¡Chuatas, parece que rompí a la copiona!-.Un intenso pitido ensordecedor comenzó a hacerle añicos los tímpanos e, inconscientemente, apuntó su mirada a ese incesante parpadeo del puntito rojo que la apuntaba desde una de las esquinas del techo de su guarida. Se abrió la puerta, se escondió tras la cama y guardó silencio.-¡Mierda! ¡Viene el tipo loco de la bata blanca!... capacito que fuera amigo de la psicópata de la ventana-.