viernes, noviembre 23, 2007

Lo Creyó


Creyó haber cambiado. Se cambió de ropa, se lavó la cara, dejó el cigarro, negó su pasado y salió nuevamente a la calle ¿Quién era ella? Ella era otra. Caminaba con la frente en alto y una mirada despectiva. Ya no recordaba nada de lo que solía ser o, por lo menos, no lo comentaba. Ya nadie parecía recordarla. Era una especie de amnesia colectiva que la beneficiaba de forma directa. Pero ¿Quería ser olvidada realmente? A veces recordaba. A veces “la” recordaba… la recordaba a “ella”, a otra que nunca fue ella misma. Y la extrañó; a ella y a su olor a cerveza barata y cigarros Derby; a ella y a sus apasionados deseos de libertad; a ella y a su cuerpo a la venta por un par de palabras bonitas y promesas de cariño.
La amó y la odió sólo para volverla a amar y volverla a odiar en un ciclo de afectos ambivalentes sin fin.
La amó y la odió a ella, la apasionada, la hedionda, la más puta entre las putas, la libre, la inestable.
La amó y la odió y se juró por centésima vez no volver a recordarla.
La amó y la odió con tanta fuerza que por unos instantes olvidó que fue ella misma.
La amó y la odió… y cuando su quiltro le lamió la mano por entre la reja, le dio un par de palmadas y un bistec que guardaba en la nevera.