Y así te vas...
Y así te vas…
¿Acaso no te das cuenta?
Y así te vas…
Por más que te busque ya no eres parte de mi hogar.
Por más que grite tu nombre desde mi dormitorio tú no llegas.
Por más que te necesite tú no estás.
Y así te vas…
¿No me sientes alejándome también?
¿No te ves en mí?
¿No me necesitas ya?
Y así te vas…
Ya no escucho tus canciones.
Ya no recibo abrazos sorpresa mientras avanzo por el pasillo.
Ya no veo tus servilletas dibujadas después del té.
Y así te vas…
Mientras espero el desayuno el día domingo.
Mientras espero que me pasen a buscar.
Mientras espero que me saquen de apuros.
Y así te vas…
Y yo continúo pensando en ti…
Y yo continúo buscándote…
Y yo continúo gritando tu nombre...
Y yo continúo necesitándote…
Y yo continúo escuchando tus canciones…
Y yo continúo esperando abrazos…
Y yo continúo dibujando servilletas…
Y yo continúo esperando el desayuno…
Y yo continúo esperando que me pases a buscar…
Y yo continúo esperando que me saques de apuros…
Y ya no estás…
Problema
La inquietud dominante emerge del no conocer el auténtico problema...
Dulce e inocente niña
Dulce e inocente niña…
Ella no te habla.
Él te protege de lo inevitable.
Ella está triste.
Él salió del país.
Dulce e inocente niña…
¿Cuántos años han pasado ya?
¿Cuántos años desde aquellos tristes cuentos que tú cuentas ahora?
¿Cuántos años de admiración?
¿Cuántos años desde que decidiste que camino tomar?
¿Cuántos años de espera?
Dulce e inocente niña…
Casi has doblado tu edad desde que lo descubriste.
Y llegó el momento.
Pero… ¿De qué?
¿Es que nunca lo pensaste?
¿O todavía el desconcierto te ciega?
Dulce e inocente niña…
Dices no sentir al respecto.
Dices ser la más preparada.
Pero… ¿Para qué?
¿Para qué te preparaste todos estos años?
¿Tampoco lo sabes?
Dulce e inocente niña…
Continúas sufriendo por superficialidades.
Continúas llorando por aquellas tristes películas.
¿Y tu vida?
¿Te da miedo sentir por lo que de verdad importa?
¿Te da miedo perder el control?
Dulce e inocente niña…
Aún recuerdas aquellas bellas rosas rechazadas.
Aquellas llamadas en las que fuiste cómplice para evitarlas.
Aquel día que no estuviste para recibirlo a pesar de las insistencias.
Tus pequeñas manos
Palma contra palma en la catedral
Pidiendo sin siquiera saber quién o qué era Dios.
Tu primera decisión…
¿Recuerdas a la pequeña niña asustada?
¿O es que tú proyectaste tus temores en ella e intentaste protegerla para protegerte a ti?
Dulce e inocente niña…
Dices borrar el pasado.
Dices no recordarlo.
Sólo lo ocultas…
Desconcierto…
Desconcierto…
¿Un Santo?
Sólo le faltaba Dios y la religión.
¿Perfecta?
Una simple imagen de fortaleza.
¿Y si fue ella?
¿Y si fue él?
¿Y si fue quién no queremos nombrar?
Se desvanece el espejismo construido a lo largo de una vida… la de ella.
Una verdad que todos creen saber.
Una verdad que sólo ella sabe creer…
Un secreto que se creyó oculto.
Secreto que curiosas voces comentan a espaldas de los afectados.
Palabras de apoyo y consejos que nadie ha pedido.
Palabras de apoyo y consejos que ella no necesita.
Finalmente su profecía es verificada…
Aquella profecía de “ella niña” que nunca fue tomada seriamente.
Se desvanece el espejismo… y por quien nadie esperó.
Se desvanece el espejismo y sólo ella sobrevivió.
Años de espera la han preparado para este momento.
Años de espera meditando que debía hacer.
Años de espera de una niña convertida en mujer.
Y ahora que llegó…
Ahora que llegó… simplemente nada…
Decepciones…
Decepciones…
Ángeles ardiendo en el infierno…
El pedestal ha sido roto…
¿Reconstruirlo?
Ni en mil años…
Una eternidad sólo conseguiría esparcir más sus restos…
Absoluto caos.
Lo que anhela para sí lo anhela ahora para alguien más…
¿Advertencias previas?
No, desconciertos próximos.
La situación lo amerita…
La cuenta regresiva corre ahora para alguien más…
No volverá
“Mírala desde lejos…
Ella no volverá…
¿Ella quién?
Ella sola… Ya se fue…
¿Se fue dónde?
… o quizá nunca existió…
¿La va a extrañar?
Sólo una vez lo hizo…
Uno es quién es. O quienes es…
¿Más de uno? …
o más de dos y más de tres…”